La vida y la familia, si bien están siempre en la mira de ideologías e intereses que desconocen la ley natural, la moral y los principios que construyeron la civilización occidental; hoy siguen mostrando su vital necesidad de ser preservadas y promovidas en su papel protagónico dentro de toda democracia.

Estamos ganando otra vez. Nuestra cultura está despertando y las mayorías se notan en las calles manifestando su voz, reclamando que se vuelva a lo importante, esto es: proteger a los más débiles, la vida y reestablecer la institución más básica y necesaria, la familia.

Sin embargo, es necesario que está voz se vea representada, que pise estratégicamente los escenarios de poder, que le de un nuevo rumbo al orden político, que las leyes sean promulgadas según la naturaleza de las cosas y que la jurisprudencia escuche a la realidad científica antes de decidir.

Este congreso internacional por la vida y la familia, es un llamado para que la cultura se dirija a la acción contundente en favor del bien común.

Un llamado a la acción valiente, por la vida y la familia. Por nuestro futuro.